miércoles, 6 de enero de 2010

Capítulo 1


Poco a poco.

A pesar de estar entre tanta gente, se sentía más sola que nunca. Se notaba como un fantasma, que estaba y no estaba a la vez. Su novio la había dejado después de tres años de relación, la habían despedido de su trabajo, su piso daba asco, sus amigos la ignoraban...

Adriana era una chica sencilla y guapa. Alta, delgada, de ojos verdes y pelo casi negro, natural, largo, muy largo, siempre peinado como a ella le gustaba, normalmente vestía en vaqueros, camisetas y zapatillas; aunque de vez en cuando se arreglaba, para ocasiones especiales o días en los que le apetecía, y dejaba un intenso aroma a frutas silvestres por donde pasaba. Amaba escribir, el sol del verano, el cine, el chocolate, bueno, los dulces en general y podía estar horas y horas escuchando música; tocaba el piano, el violín y la guitarra y batería ligeramente. Así era. Decidió ir a dar un paseo, a despejar la mente, a respirar aire puro, a llorar sola…y sin quererlo, llegó a una pequeña plaza y se sentó en uno de sus bancos a escuchar su música preferida. Era de noche, una noche negra y profunda, empezó a tener frío, pero no le importó.

De un momento a otro comenzó a sonar otra música, le sonaba de algo... Era su móvil.

Su mejor amiga. Incluso sabe Dios a cuantos kilómetros de distancia, intuía cuando ella estaba... digamos, no muy bien.

Sandra se había trasladado a Londres hacía pocos meses, la echaba mucho de menos, pero seguían llamándose a menudo y esa noche hablaron y hablaron y hablaron.

Ella había conocido a un grupo de chicos, cuatro; uno se había convertido en su novio, y vivían enfrente de su piso, en la misma planta.

'Genial - pensó - y yo aquí muriéndome de asco'.

Fue como si su amiga le leyese la mente: '¿Quieres venirte aquí un tiempo?'

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