jueves, 31 de diciembre de 2009

Tardes.


Los días soleados se iba al paseo bajo la arboleda, toda la tarde, se sentaba en el mismo banco de madera, y veía a la gente pasar. Los pequeños niños corriendo detrás de sus balones, creyéndose realmente deportistas de élite, marcando goles en porterías imaginarias. Las niñitas con sus carritos y sus bebés con vestidos rosas. Los abuelos cuidando a sus queridos nietos, como si sólo vivieran para ello. Las señoras modernas, con sus andares acelerados y su teléfono móvil de última generación, por el cual hablaban a gritos, como si quisieran que el resto del mundo se enterara de su, pensaba ella, maravillosa vida. Y luego estaba él. Pasaba igualmente todas las tardes soleadas por enfrente del banco a la misma hora, y ella sentía que la miraba de reojo. A decir verdad, el corazón le daba un pequeño brinco cada vez que lo veía. Era alto, moreno, de tremendos ojos azules, vestía muy bien, y al pasar tan cerca de ella, podía sentir y oler su aroma, el cual llevaba días intentando desentrañar.

-

Pasaba todos los días por el mismo sitio, aunque no le hiciera falta para llegar al lugar a donde se dirigía. Pero quería verla. La primera vez que lo hizo, se enamoró, por así decirlo. Se acercaba lo más posible y caminaba muy despacito por aquel trecho, pensaba que algún día ella se daría cuenta. La miraba de reojo, escudriñando cada uno de sus rasgos, de sus gestos, de su ropa, de todo. Era perfecta.
Era miércoles, una fría pero soleada tarde de octubre, por supuesto ella estaría en el banco. Se vistió, se vio al espejo antes de salir (¡no estaba nada mal!) y se dispuso a dirigirse hacia el paseo.
Pero ese atardecer, ella no se encontraba allí. Se paró enfrente del banco, viendo hacia todas las direcciones, buscó por los demás bancos, las demás muchachas, pero ninguna era ella.
Hizo lo mismo durante tres semanas, hasta que un día, se sentó encima de las maderas del asiento a esperar.
¿Estaría enferma?¿Habría tenido un accidente?¿Se habría dado cuenta de la manera en que la miraba?¿Habría cambiado de paseo? Estaba empezando a producir hipótesis sin sentido.
Siguió sentándose varios días en el banco, esperándola.

-

Después de un mes sin poder ir al paseo, quería volver a 'su' banco. Quería volver a ver a los nietos, abuelos y señoras con prisa. Quería sentir el aire en su cara y las hojas caer lentamente de los árboles.
Caminó por el paseo y se paró enfrente del banco, pero allí había alguien. En su banco había alguien sentado. Era él.
Se quedaron uno enfrente de otro, mirándose fijamente. ¿Qué hacía allí?

No hay comentarios:

Publicar un comentario