martes, 29 de diciembre de 2009

Discusiones.

Fui corriendo hacia los jardines. Acabábamos de discutir, y no quería que me siguiera, necesitaba pensar.


Llegué al árbol más grande y verde, el que estaba más cerca del lago; me senté al lado del tronco. No quería llorar, ¡no tenía sentido llorar! Era una simple discusión tonta, la de todos los días; supongo que discutir con él me hacía más daño del que yo misma pensaba.
Lo escuchaba gritar mi nombre, afuera, me estaba buscando, claro. Estaba harta, ciertamente odiaba cuando eso pasaba.

Escuché algo atrás mía, me había encontrado.


- Lo siento.
* Como siempre.
- Lo siento, lo siento, lo siento...¡Lo siento!
* ...
- Odio discutir contigo, y necesito que esos ojos dejen de llorar.

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