
Desde tu nuca resbalaban, gotas mudas, que inundan, tu piel de pasión, y, para que necesidad de habitación, pues el amor llega a cualquier rincón, no entiende de barreras ni prohibición, eh nena acercate hoy a mi hangar, que te enseño mi sofá, una vez mas tras cada revolcón y sofocón, digno de la mejor peli tal vez de acción, son nuestros momentos de pasión, donde la ropa sobra, y las palabras son mudas, conversando con nuestro propio cuerpo mientras me desnudas, y sudas, quizás por los nervios o tal vez porque nuestros corazones cuando se juntan ya no tienen remedio…
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